Desde la aparición de Covid-19 a principios de 2020, la movilidad internacional y, en cierta medida, la despreocupación por viajar a lugares lejanos se ha visto gravemente afectada. A medida que se acerca el año 2022, parece que poco a poco es posible replantearse visitar los destinos con los que soñábamos antes de la pandemia, a pesar de que la incertidumbre continúa y se llama a la cautela. Por eso, la lista de lugares para explorar en 2022 que proponemos no es especialmente exótica. Estamos convencidos de que desplazarse con la llegada de nuevas variantes, las pruebas exigidas y unas estrictas medidas sanitarias e higiénicas; especialmente cuando el avance de la vacunación aún no es homogéneo a nivel mundial, puede disminuir la llama del insaciante explorador que llevamos dentro. Por ello, lavitaoggi.com se ha centrado en zonas más cercanas o «menos problemáticas», que encierran una belleza que se suele pasar por alto, y son una gran alternativa a las rutas más populares. Empezaremos por Italia y luego ampliaremos nuestra oferta a Europa. Para una mayor flexibilidad, seguridad e higiene, la mejor solución es alquilar un coche. En el portal de alquiler de coches Auto Europe cuenta con un motor de búsqueda de última generación, donde podrá comparar multitud de ofertas y proveedores de alquiler de coches. Cuenta con un amplio abanico de categorías, los precios más competitivos del mercado y numerosos puntos de recogida en más de 180 países.
Friuli-Venecia Julia, en la frontera con Austria y Eslovenia, es sin duda una de las regiones menos conocidas de Italia. No se deje engañar por su pequeño tamaño, ya que está enmarcada por unas vistas arrebatadoras: desde los Alpes y los Pre-alpes friulanos hasta las colinas centrales, que luego descienden hacia la llanura, hasta asomar al mar Adriático. Hay para todos los gustos. La posición de Friuli siempre ha sido periférica, fuera de los circuitos turísticos de Italia. Gran parte de la región estuvo bajo el dominio de los Habsburgo durante casi medio siglo. Trieste, una joya escondida, fue el último pedazo de tierra en unirse a Italia. Comience aquí su recorrido, en la Piazza Unità d’Italia, una de las plazas más grandes de Europa con vistas al mar, rodeado de majestuosos palacios y cafés. Trieste fue un emblema del poderoso imperio Austrohúngaro, y esa herencia se trasluce en sus fastuosos castillos y viviendas palaciegas, por las que pasaron personalidades ilustres como Umberto Saba, Italo Svevo o James Joyce, que permanecieron aquí durante unos años. Maximiliano de Habsburgo dejó un monumento espectacular: el castillo de Miramare, una residencia construida para su amada Carlota, que hoy es uno de los palacios-museos más visitados de Italia. Detrás de Trieste se encuentra la meseta kárstica, salpicada de pueblos y hermosos caminos con impresionantes vistas del golfo.
Saliendo de la capital de la provincia y subiendo por la costa hacia la provincia de Udine, deténgase en Duino, donde hay otro elegante castillo y el famoso Sendero de Rilke: un camino en la cima de un acantilado rodeado de matorrales mediterráneos que lleva a la bahía de Sistiana, donde puede darse un baño mientras contempla la ciudad de Trieste. Udine es la segunda ciudad más poblada de la región, de arquitectura veneciana y gobernada por su majestuoso castillo con vistas al Adriático. Al pie de la colina está la Plaza de la Libertad que contiene a la maravillosa logia Lionello. A media hora de Udine, una excursión a San Daniele del Friuli es imprescindible. El nombre probablemente le suene porque es la ciudad de origen del prosciutto crudo del mismo nombre, que compite con el jamón de Parma. San Daniele está construido en una ladera con varias fábricas de prosciutto en sus laderas. Reserve una visita guiada e incluso una mesa en uno de los numerosos restaurantes. Para los amantes del vino, la mejor zona es el Colli Orientali, cerca de la ciudad de Cividale. Además de una visita a una bodega con degustación de vinos, hay que visitar Cividale, con el Puente del Diablo, el Museo Arqueológico Nacional sobre los Lombardos y el Templo Lombardo. Ravascletto y Sauris son ideales, ya sea para esquiar en invierno o hacer senderismo en verano. Las pistas de esquí tienen precios más asequibles que los de las estaciones más conocidas. En verano, los balnearios de Lignano Sabbiadoro, Bibione y Grado son buenas alternativas a Rimini y Riccione.
No muy lejos de Friuli, justo después de cruzar los puertos alpinos, se sitúa la región austriaca de Carintia, rica en aguas termales y lagos enclavados por una sección de los majestuosos Alpes Gruktal. Su ubicación es perfecta para practicar deportes de invierno y, sobre todo, para disfrutar de unas estimulantes vacaciones al aire libre. Los hoteles están muy bien equipados y algunos de ellos están especializados en alojar a familias con especial atención a los jóvenes. El lago Millstätter See, con la abadía benedictina de Millstatt, de la cual parte un paseo que lleva por nombre El Camino de la Cruz, y que conduce a una bella capilla barroca. Es una región alpina de muchos lagos, lugares para esquiar, hacer senderismo, nadar, jugar al golf muchas localidades pintorescas que visitar, con bonitas iglesias románicas y castillos. A una hora en dirección a Lienz se encuentran las montañas de Hohe Tauern con la majestuosa cordillera de Pasterze. También justo después de la frontera friulana, pero hacia el este, tiene la posibilidad de hacer un verdadero recorrer la península balcánica, siguiendo la costa de Istria hasta la costa dálmata con mil paradas y desvíos posibles. La mejor opción es alquilar un coche en Eslovenia, partiendo de Pula, en el extremo de Istria, con su impresionante anfiteatro romano, de ahí ir Rijeka, después a Zadar y finalmente llegar Split. Si quiere recorrer alargar su recorrido, puede conducir hasta Kotor, en Montenegro. Split es famosa por su Palacio de Diocleciano, que fue escenario de varios episodios de Juegos de Tronos, y Kotor por su encantador casco antiguo y su ubicación cerca del estrecho de Boka Kotorska.
Para los que busquen un calor casi tropical sin tener que ir a Brasil o África, y con un trayecto de vuelo mucho más corto, están las Islas Canarias y Madeira, frente a Marruecos. Las Islas Canarias pertenecen a España y Madeira a Portugal. Son vacaciones que no requieren visados ni cambio de moneda, por lo que son bastante fáciles de organizar. En ambos casos, la gastronomía es excelente y variada, con platos tanto de carne como de pescado. Gran Canaria es una isla muy viva y auténtica, y las partes más bellas son, por supuesto, las de más difícil acceso: el escarpado interior montañoso y la costa nororiental, con sus paisajes lunares y del Gran Cañón americano. Incluso la diminuta Madeira está ocupada en gran parte por montañas boscosas, ideales para el senderismo y donde también podrá disfrutar de sus playas y piscinas naturales. Debido a la latitud, tanto en Canarias como en Madeira se cultivan frutas tropicales, como los plátanos y la caña de azúcar. También podrá hacer una visita con degustación y posibilidad de compra de destilerías de ron.
Algo más desafiante en cuanto a la distancia es Mauricio, una isla en el Océano Índico al este de Madagascar y al nivel de Botsuana. Antes de la independencia en 1947, pasó del dominio holandés al francés y luego al británico. Al ser muy compacta, uno puede desplazarse muy rápidamente en coche de un lado a otro. El ambiente es relajado y tranquilo y los habitantes son muy amables y te hacen sentir como en casa. El clima ha permitido el cultivo de azúcar, té y vainilla, por lo que la mano de obra ha llegado a la isla principalmente desde el Caribe y la India. La isla es un crisol de culturas: criollos, descendientes de indios, árabes y chinos. La capital, Puerto Luis, es un ejemplo perfecto. En el mercado podrá degustar especialidades de todas estas cocinas y se encontrará con sus respectivos lugares de culto, como las iglesias cristianas de St. Jamese y St. Luis, y la mezquita blanca Jummah, curiosamente situada en el barrio chino. En cuanto al hinduismo, se recomienda visitar el lago volcánico de Ganga Talao, del que se dice que se originó en un desgarro del río Ganges y en cuyas orillas se han construido varios lugares de culto. No muy lejos se encuentran las plantaciones de té de Bois Cheri, donde se puede hacer una pausa para tomar una taza de té, el Parque Natural de la Garganta del Río Negro, las Cascadas de Chamarel y el País de los Siete Colores, una verdadera delicia para los amantes de la naturaleza. Más al norte, en Pamplemousse, puede visitar el museo L’Aventure du Sucre, centrado en el procesamiento de la caña de azúcar, y el exuberante jardín botánico. Quizá se pregunte por qué no hemos mencionado aún las playas… De hecho, el abanico de posibles actividades que ofrece esta pequeña isla es infinita. No se pierda una una excursión en barco a Blue Bay y disfrute de los coloridos peces que habitan el arrecife desde la comodidad del suelo de cristal de la embarcación o haciendo snorkel.
Conscientes de que hemos descuidado un poco el norte de Europa, concluimos mencionando a Noruega, ciertamente muy interesante tanto desde el punto de vista paisajístico como artístico y cultural. Al ser un país muy largo y estrecho, lo mejor es explorar primero la parte sur, donde podrá conocer las ciudades de Oslo, Kristiansand, Stavanger y Bergen. Partiendo de Oslo, la capital a orillas del mar Báltico, recorra el extremo sur de Escandinavia hasta llegar a Bergen, situada en el mar del Norte. En Oslo admire la alta calidad de vida y la riqueza artística de la ciudad en el Museo Munch, la Galería Nacional y el Parque Vigeland, con más de doscientas esculturas. El viaje continúa con un programa de viajes que intercala espectaculares fiordos y pintorescas ciudades, con la opción de adentrarse en cualquier momento a las zonas salvajes y boscosas del interior. Si queda tiempo o para un viaje posterior, queda por explorar la parte norte, a la que se puede llegar en un vuelo interno, y que se sitúa en torno a Tromso, muy cerca del Círculo Polar Ártico. Ni que decir tiene que aquí hace mucho frío, pero los majestuosos fiordos le dejarán boquiabierto y el incomparable espectáculo de la Aurora Boreal es una belleza incomparable. Hemos llegado al final de este itinerario y rutas de lugares para esta época del año, que esperamos hayan despertado su curiosidad y puedan convertirse en road trips memorables. Viajar y descubrir cosas nuevas es vital y siempre se pueden encontrar buenas soluciones.